04 Nov Miedo a hacer daño
INTRODUCCIÓN
El miedo a hacer daño, a perder el control, cometer un acto violento hacia otra persona, herir a tu propio hijo, seguir un impulso y perder el control. Son algunos de los miedos comunes que comparten aquellas personas que padecen fobia de impulsión o el denominado subtipo de TOC de hacer daño. Un trastorno obsesivo no especialmente conocido en la sociedad pero que genera gran sufrimiento y desequilibrio en aquellas personas que viven diariamente con la obsesión de hacer daño.
Un rasgo característico en la psique de las personas diagnosticadas con este TOC es el cuestionamiento frecuentemente entre lo que está bien y es bueno y lo que es incorrecto y malo. El ‘bien y el mal’ adquieren un peso muy importante y están divididos por unos límites muy rígidos y poco flexibles.
‘Querer ser buenos por encima de todo y bajo una visión crítica hacia uno mismo’
Lo que es moralmente correcto e incorrecto es un tema de debate y dogma a lo largo de nuestra historia. Podríamos ser un héroe o un villano, un santo o un condenado por nuestros actos y pensamientos dependiendo en el momento de la historia que vivamos.
Como el Auriga en el Mito de Platón del Carro Alado conduciendo dos caballos uno de ellos blanco, noble y racional y otro de carácter, pasional, negro e irracional. Diríamos que con este TOC nos encontramos con esas dos fuerzas opuestas (simbólicamente hablando por supuesto) con necesidad de ser integradas.
La responsabilidad de la terapia es facilitar una vida más equilibrada y y acorde sin unas normas tan rígidas y sin esos pensamientos recurrentes, irracionales e intrusivos de hacer daño a alguien que vienen en forma de pensamientos e imágenes.
¿Qué es el miedo a hacer daño?
¿Cuales son las causas?
¿Cómo se pierde el miedo a hacer daño?
¿Qué es el miedo a hacer daño?
El miedo a hacer daño es un tipo de TOC donde las obsesiones se centran principalmente en el miedo irracional a perder el control y herir físicamente a alguien, normalmente a las personas más queridas y de mayor vulnerabilidad. Este tipo de pensamientos o ideas recurrentes funcionan por asociación en muchas ocasiones, es decir, cualquier noticia o suceso violento que puedan saber o conocer les sirve para imaginarse a ellos en esa situación y proyectarse.
«¿Qué pasaría si yo mismo pierdo el control y mato a alguien? ¿Sería capaz de hacer algo parecido? ¿Y si me encuentro en esa situación?…»
De esta forma se entra en una dinámica que parece no tener fin y dar vueltas y vueltas entorno a ese pensamiento inicial. Bajo situaciones de ansiedad elevada estos pensamientos cobran mayor fuerza siendo más difíciles de controlar y sin poder frenarlos dando mucho que sufrir a las personas que lo padecen. Es tanta la reflexión que ejercen sobre sus pensamientos que se llegan a imaginar cometiendo el propio delito, se asustan de ellos mismos y se sienten culpables tal y como si fuera real y hubiesen cometido el delito.
A continuación las obsesiones más frecuentes en este tipo de TOC.
Miedos y pensamientos recurrentes:
-Miedo a empujar a alguien a las vías del tren o a la carretera o en zonas elevadas como un balcón o precipicio, arrojarle al vacío.
-Miedo a coger un cuchillo o tijera y apuñalar a alguien.
–Miedo a hacer daño a tu propio bebé cómo podría ser ahogando en el baño.
-Miedo a ahogar a tu pareja o un ser cercano mientras duerme.
-Miedo coger un cuchillo o arma punzante y clavarlo.
-Miedo a atropellar a alguien intencionadamente con el coche u otro vehículo
Se genera tanta ansiedad que como solución, poco efectiva y funcional, evitan ciertas situaciones que puedan dar pie a ese tipo de pensamientos y no entrar en conflicto. Hay que dejar claro que lo van hacer, no hay ninguna intención de ello ni es un pensamiento de deseo. Podíamos decir que es casi la proyección de uno mismo en una película de terror.
Evitar todas esas situaciones hace que poco a poco vayan perdiendo interés frente a la vida, reduce el circulo social y las experiencias. Imagina una vida no puedas subir a lugares elevados cerca de otras personas, dormir acompañados, donde no puedas ver un utensilio punzante como cuchillos i/o tijeras, conducir o quedarte bajo la responsabilidad de un menor o de alguien más vulnerable o indefenso.
Las personas con miedo a hacer daño suelen ser muy sensibles a la opinión de los demás procuran tener un control máximo sobre sus actos y pensamientos intentando aislar cualquier pensamiento negativo, nocivo o que pueda ponerse en contra de las normas haciendo que lo que muchas veces mal consideran con bien prevalezca.
Las causas más comunes del miedo a hacer daño
Al igual que muchos otros Trastornos Obsesivos Compulsivos, el miedo a hacer daño viene dado por unos niveles muy elevados de ansiedad.
El miedo se construye a lo largo de la vida de la persona entorno a experiencias vitales traumáticas que someten al propio sistema nervioso y dan una respuesta negativa frente a ciertos acontecimientos que despiertan esa alarma. Dificultando la adaptación a la propia vida y generando una represión e inhibición del instinto que no permiten la expresión de la rabia o el deseo.
Bien sabemos que los procesos psicológicos se modifican y evolucionan a lo largo de la vida. Nuestro cerebro dispone de la plasticidad necesaria para ser reeducado y modificar ciertas conductas y pensamientos.
La construcción del inconsciente se da especialmente en la infancia ya que hay todo un mundo por descubrir y experimentar y que no depende exclusivamente de la persona sino también de su entorno, colegio, padres, amigos y de su propia naturaleza genética.
Una de las causas comunes es vivir situaciones de maltrato, bullying, abuso donde ha habido un alto grado de malestar e indefensión del que no te pudiste defender ni expresar la rabia y el dolor.
Una educación estricta y normativa.
Si tenemos en cuenta estas causas y la necesidad imperiosa que tienen los impulsos de manifestarse entenderemos que encuentren la manera de hacerlo con el TOC. Te pone a prueba con pensamientos totalmente incontrolados y bajo situaciones donde no sales físicamente ‘perjudicado’ sales ganando frente a la otra persona vulnerable y frágil a lo que sucede. Si lo comparamos en un entorno animal, sería el gato atacando a una lagartija pero que frente un perro callejero sale huyendo. Todo ello de una forma inconsciente y simbólica.
Vivir en un ambiente con una educación que te ‘exige’ un exceso cuidado en hacer las cosas bien, pensar en los demás, ser generoso, educado, no hacer ni decir ciertas cosas… idealizar el bien olvidando aprender a expresar la rabia, la ira, el dolor, la venganza, lo que vendría a ser la parte oscura del ser y moralmente castigadas hacen de la persona un ser bueno pero indefenso frente al mundo.
La sombra que es inconsciente y conocida popularmente por muchos como el lado oscuro del ser humano está pidiendo ser integrada en la conciencia.
Carl Gustav Jung ‘Uno no se ilumina imaginando figuras de luz sino haciendo consciente la oscuridad’
Evidentemente cada caso y experiencia es única por lo que requiere hacer un buen análisis y estudiar los motivos que la causan como también los que le harán salir del TOC, pero desde la observación clínica nos damos cuenta de que lo mencionado hasta ahora suele ser un denominador común en los pacientes con este TOC.
¿Cómo perder el miedo obsesivo a hacer daño?
El auriga tiene que domar y guiar a sus dos caballos para mantener el equilibrio y seguir firme en el carro alado como la persona tendrá que despertar ciertos instintos e integrar parte de su sombra al consciente lo que le permitirá adaptarse al mundo y no ser un ser pasivo frente a la vida si no una persona capaz de evolucionar adaptada a ella con sus pasiones e irracionalidades.
¿De qué manera?
En estos casos es muy importante reforzar la personalidad del paciente y dar un espacio a su sufrimiento y al dolor que ha sufrido reforzando la integración de la rabia y la irá y dándole un espacio real para reconducirla a través de técnicas como pueden ser el juego simbólico, psicodrama hasta ponerla en uso en la vida…
Practicar deportes como el Boxeo y el Krav Maga que no sólo te ayudarán a no pensar sino también a responder instintivamente en defensa y ataque.
Tengamos en cuenta que hay una idealización del bien y del mal que limita la mirada frente al mundo y que somete a la naturaleza del propio ser. Con el dialogo, la lectura y las experiencias vitales tendremos que sacar a la persona de su posición estricta, liberándola del juicio extremo, propio y externo, con el que se rige a sí misma y a su entorno dándole independencia de campo.
Trabajar sin prejuicios la integración de la sexualidad, los errores, los ‘malos pensamientos y deseos’, los falsos mitos.
Desarrollar nuevas capacidades en la persona a través de la experiencia y el aprendizaje.
Encontrar y conectar con las pasiones de la persona y llevarla a una posición vital más fuerte conforme a sus deseos y ayudarla afrontar las barreras.
En todo proceso se busca el equilibrio, pero para llegar a él es necesario probar y salirse de las propias normas, lo que para muchas personas con TOC es perder el control, el control que tanto daño causa.
Es necesario e indispensable si no se puede solucionar por cuenta propia como siempre digo acudir a un buen especialista para poder asumir un cambio vital y vivir sin TOC.
Psicólogo Terapeuta
Colegiado 19697