31 Jul Profesionales de la salud en alerta por la venta y adicción de los psicofármacos
Adicción a los antidepresivos y ansiolíticos
La venta y las recetas de psicofármacos son sin duda las más solicitadas y recetadas por los médicos de cabecera y psiquiatras.
El consumo de dichos medicamentos pone en alerta a los profesionales de la salud por el aumento de su consumo y adicción en los últimos años. La adicción a los psicofármacos nos hace cuestionar si se está haciendo un buen uso de ellos y si tanto los consumidores como el servicio sanitario hacen y ofrecen el tratamiento más idóneo.
‘La información y el seguimiento del paciente son indispensables para el correcto uso de estos medicamentos como también el conocimiento de las causas y estrategias del consumidor que les lleva a necesitarlos. De esta forma se mejorará realmente la situación que desencadena su consumo, en muchos casos no motivos exclusivamente biofisiológicos’
Cuando no se usan bien los psicofármacos no generan el beneficio necesario y por el contrario puede cronificar ciertos problemas y situaciones que se pueden solucionar con otros métodos más adecuados de intervención psicológica.
Por qué producen adicción los psicofármacos
Este tipo de fármacos generan adicción y es lógico. Generan adicción porque producen cierto grado de mejora en la sintomatología del problema calmando la ansiedad y generando cierta apatía y reducción de la respuesta emocional frente a ciertos estímulos. El reducir la respuesta emocional hace que la preocupación sea menor y se pase menos tiempo pensando en ello.
Desgraciadamente también esas mismas características son la que inhiben la respuesta del individuo para desarrollar estrategias de superación de los problemas. Posiblemente por ello generen tanta adicción y contradicción a la hora de tomarlos.
Por otro lado no hay una criba a la hora de decidir que respuestas emocionales y que pensamientos dejar de lado y cuales no. Por lo que pueden generar una sensación de indiferencia frente algunos hechos que anteriormente no lo tenían.
Es necesario hacer un uso responsable de los psicofármacos especialmente los relacionados con la ansiedad y la depresión los más consumidos y que tanta adicción producen. Ofrecer alternativas que a corto y medio plazo mejoran la vida de los consumidores. Para los resistentes y dudosos frente a la toma de medicamentos no quiero hacer un alegato en contra ya que estoy a favor de su uso, Sí, pero con la responsabilidad para que cumpla sus funciones óptimamente y no sea el falso remedio de todo malestar psicológico ya que hay que discernir correctamente quien lo necesita y quien no y complementarlo con una intervención psicológica efectiva para así aprovechar sus beneficios y elaborar los procesos psicológicos necesarios para el tratamiento óptimo del paciente.
- Aprender a gestionar los conflictos
- Ganar confianza y autodeterminación
- Elaborar estilos de vida saludable
- Distanciarse de personas y relaciones tóxicas
- Aprender a decir no y ser asertivo
- Gestionar los propios pensamientos.
- Mejorar la autoestima
- Elaborar herramientas de adaptación
- Educación psicológica para entender qué les está pasando.
Cuando un caso es alarmante
Si a pie de farmacia preguntas a farmacéuticos y farmacéuticas si se venden muchas pastillas o fármacos para la depresión y ansiedad, como yo ya he hecho, entablando conversación sobre el tema, los farmacéuticos y farmacéuticas se echan las manos a la cabeza alertados por la cantidad de pastillas que se venden como las denominadas (Benzodiacepinas) e Inhividores Selectivos de la Recaptación de la Serotonina (ISRS) recetadas para la depresión, trastornos obsesivos, ansiedad, estrés…llámense Citalopram (Celexa), Escitalopram (Lexapro), Fluoxetina (Prozac) entre otras. Son los propios farmacéuticos quienes se alarman por la adicción a los psicofármacos por parte de la población que incluso sin receta intentan sustraer los medicamentos.
Lo alarmante de ello es que gran parte de esas personas no reciben ningún tratamiento de apoyo junto a la medicación el cual aumentaría considerablemente la eficacia.
Es usual recibir pacientes en terapia que después de muchos años bajo tratamiento farmacológico se atreven a iniciar un proceso para abordar los conflictos y las situaciones vitales que sin ir más lejos y ya casi olvidadas siguen afectando en la conducta y el pensamiento de dichas personas. Esto se debe al miedo y a las defensas y estilo de vida que se ha construido entorno dicho conflicto sin afrontarlo de una forma adecuada y sana para que se quede atrás.
Y que bajo un estado de indiferencia notan que algo no está funcionando como debería y se les hace muy difícil pensar en una vida donde no tengan su ansiolítico para ir a un centro comercial, afrontar la jornada laboral o cualquier otra cosa que puede parecernos muy normal en el día a día pero que sin embargo llegadas las vacaciones ni siquiera se acuerdan de tomarlo. Por que el conflicto ya no está, el miedo desaparece y con ello la necesidad de adormecerlo con una pastilla.
Me horroriza pensar que personas que bajo un estrés laboral permanente, una muerte cercana, un accidente o un continuo sometimiento frente a sus compañeros de escuela y o familiares han sido sólo medicados para apalear las duras consecuencias de lo acontecido, calmando el malestar de sus emociones y sedando la señal de aviso (el síntoma) para salir de ahí.
Qué puedes hacer
Es aquí donde tenemos que tomar partido y decidir dar un cambio que definitivamente ayude a mejorar y superar estos problemas.
Dejar el tratamiento de psicofármacos no es algo que se pueda hacer de un día para otro y no se puede hacer sin supervisión médica pero con las indicaciones necesarias en muchos casos será una buena opción para mejorar y ganar salud y superar los problemas que te llevaron a su consumo siempre y cuando se tomen las medidas adecuadas. También es importante decir que no todas las personas que toman psicofármacos son adictas a ellos y por supuesto que hay tratamientos con psicofármacos muy necesarios.
Psicólogo Terapeuta
Nºcol.:19697